Gourmet Musical Ediciones es una editorial argentina que se dedica desde su fundación en 2005 a la publicación de libros sobre cultura musical y musicología. Según su propia definición «se propone publicar trabajos que, sin resignar rigor científico, teórico y/o documental puedan ser un aporte, no sólo para los profesionales de la música y la musicología, sino para facilitar y mejorar el acceso al conocimiento musical del resto del campo intelectual y cultural«.
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Kiss en Argentina (de Alejandro Rizzotti)
La devoción por Kiss es un fenómeno que se da en todos los rincones del planeta, pero en la Argentina el sentimiento caló hondo, con fanáticos que los adoptaron no solo como un grupo musical sino como referentes de una subcultura y un estilo de vida. En el año 79 comenzó un romance que no parece tener final a la vista, alimentado por películas, cómics, fanzines, figuritas coleccionables, revistas dedicadas puramente a ellos, libros e incontables bandas tributo. Pero también por mentiras periodísticas de aparente invención argentina, como el mito de que los músicos pisaban pollitos vivos en escena y hasta de una absurda rivalidad con Queen, que solo existió en este rincón del mundo. Como dice el periodista y fan Frank Blumetti en uno de los prólogos de este libro: «Ser kissero en la Argentina en los ochenta no era fácil«. En este libro se cuentan muchas de esas historias de «kissmanía» y se repasan en detalle todos los shows que dieron en el país de 1994 a 2022 (y todos los que estuvieron a punto de dar pero fueron frustrados), las presentaciones solistas de miembros y ex miembros, y las ediciones nacionales de sus discos. Con prólogo de Bruce Kulick, ex guitarrista de Kiss, numerosas entrevistas exclusivas y material de archivo, este es un exhaustivo trabajo de investigación y reconstrucción histórica que nos ayuda a seguir descifrando esta particular pasión y la forma (a veces extraña, por momentos novelesca) en la que rápidamente se hicieron parte de la cultura popular argentina.
La bomba musical: Los Brujos y la explosión del rock alternativo en los 90 (de Nicolás Igarzábal)
Los Brujos es una de las bandas más audaces del rock argentino. Siguiendo la tradición de performers como Kiss y David Bowie, con escenografías y vestuario propio (fueron extraterrestres, duendes psicodélicos, esqueletos, chamanes salvajes), dieron shows de alto impacto con una trilogía de discos cargados de fantasía y adrenalina, inaugurada en 1991 con el hit Kanishka. Apadrinados por Daniel Melero y Gustavo Cerati, este proyecto audiovisual nacido en el sur del conurbano bonaerense se convirtió en la punta de una movida «sónica» (como la bautizó la prensa especializada) que propuso un recambio estético en el primer lustro de la década menemista. Al calor del estudio/sello Aguilar y de salas hoy míticas como El Parakultural, Cemento y Die Schule, su explosión generó un nuevo espacio donde convergieron grupos como Babasónicos, Juana La Loca, Peligrosos Gorriones, Martes Menta, Tía Newton y Suárez; todos embebidos por el pulso musical de Seattle, Manchester y Nueva York. Los Brujos sonaron masivamente en radio y televisión, encabezaron festivales y telonearon a Nirvana, Iggy Pop y Beastie Boys. Se separaron en el umbral del siglo XXI y, con su disolución, menguó todo un movimiento que, de todas maneras, sentaría las bases de la escena «indie» de los 2000, a la que se unirían con su regreso en 2014. Basado en entrevistas del autor a músicos, productores, colaboradores y otros protagonistas, y con un detallado trabajo de archivo, este nuevo libro de Nicolás Igarzábal reconstruye otro momento clave de la música argentina reciente.
Paul Walter Jacob y las músicas prohibidas durante el nazismo (de Silvia Glocer y Robert Kelz)
Como en todos los órdenes de la historia, los años del nazismo constituyen una época oscura de la música en Alemania. La prohibición, no solo de autores judíos o no arios, sino también la música considerada revolucionaria o de contenidos políticos contrarios a los del régimen de Hitler alcanzó a importantes artistas alemanes que aun hoy forman parte de la discoteca básica de cualquier amante de la música clásica, como Felix Mendelssohn, Giacomo Meyerbeer, Jacques Offenbach, Gustav Mahler, Arnold Schoenberg, Kurt Weill, Hans Eisler, Paul Hindemith, Otto Klemperer o Bruno Walter. Pero la obsesión nazi no conoció límites de fronteras ni de épocas y también alcanzó a europeos como Igor Stravinsky, Arthur Honnegger, Darius Milhaud, Paul Dukas, Georges Bizet y a americanos ligados a la opereta y al jazz como Irving Berlin y George Gershwin, así como llegó a acusar al propio Johannes Brahms de tener ascendencia judía, a cuestionar obras de Bach y Haendel, de Lorenzo Da Ponte (el célebre libretista de la óperas de Mozart) y hasta intentar reescribir canciones basadas en textos del poeta Heinrich Heine.
La conferencia sobre «música prohibida» que uno de estos emigrados, Paul Walter Jacob (1905-1977), dictó en Buenos Aires se destaca como uno de los pocos intentos, durante los años del hitlerismo, de analizar de forma rigurosa la totalidad de la política musical del estado nacionalsocialista. Huyendo de la persecución, este músico, actor, director de teatro, creador y escritor alemán vivió en Argentina entre 1939 y 1949 donde se se constituyó en notable personalidad de la música y del teatro, crítico musical y militante por el antifazismo. Atrevido, contestatario, rebelde, militante, revolucionario, son algunas de las palabras que lo describen en su acción y su batallar por y para la cultura. En Buenos Aires, fundó el Freie Deutsche Bühne, único teatro en alemán del exilio en todo el mundo y escribió cientos de críticas y reseñas fundamentalmente para el diario Argentinisches Tageblatt. Este libro rescata, por primera vez, la versión en castellano de su conferencia junto a una compilación de algunos de sus escritos y el intercambio epistolar con su amigo, el también exiliado director de orquesta, Fritz Busch.