En la música tandilense hay nombres que se vuelven referencia por su constancia, su búsqueda y su entrega. Mario Alba es uno de ellos: bajista, contrabajista, docente y formador de generaciones, con una trayectoria que transita desde el jazz hasta la improvisación libre, siempre con un sonido propio. El próximo 9 de octubre se estará presentando con varias formaciones en el Aula Magna de la UNICEN (Pinto 339) en el marco de Suena Tandil (Celebración de la Música Local).

Para quienes recién empiezan a transitar el camino musical, ¿Cómo te presentarías vos mismo? ¿Quién es Mario Alba?

Soy una persona que decidió vivir de la música. Para eso estudié y me preparé lo mejor que pude. Transité y transito por diferentes estilos musicales, pero siempre priorizando el jazz.

Pasaste muchos años como docente y directivo en la Escuela de Música Popular de Tandil: ¿Qué aprendizajes te dejó esa etapa y cómo la ves en perspectiva hoy?

Fue una experiencia importantísima en mi formación, ya que aprendí mucho de los alumnos y compañeros de trabajo. Fue un honor muy grande dirigirla durante muchos años, con un equipo de directivos, docentes y personal de maestranza espectacular.

En tu set actual, ¿Qué bajos estás usando y qué te aportan? ¿Preferís contar con varios instrumentos para distintos estilos o te inclinás más por lo simple y directo?

En la actualidad estoy tocando el contrabajo, con un micrófono Fishman y un pre Fishman, conectado a un equipo GK Backline 110. En bajo eléctrico uso un Fender Jazz Bass con equipo Peavey combo. Me gusta el sonido puro del bajo, sin efectos.

Si tuvieras que armar un árbol genealógico musical, ¿Qué nombres no podrían faltar en tus raíces?

En el árbol genealógico no pueden faltar Ron Carter, Dave Holland, Charles Mingus, John Coltrane, Miles Davis, Eric Dolphy, Jaco Pastorius y, por supuesto, The Beatles.

Algunos músicos como Charly o Fito han dicho que la música moderna perdió parte de la armonía y la melodía, y se volvió más rítmica. ¿Coincidís con esa idea?

Creo que depende de dónde te pares para escuchar. No creo que se haya perdido parte de la armonía y la melodía: simplemente evolucionó. Lo mismo pasa con la música de improvisación, donde las melodías y armonías no son las tradicionales. Por lo tanto, no se puede esperar escuchar lo que estamos acostumbrados.

¿En qué proyectos estás trabajando hoy? Contanos de qué se trata y quiénes te acompañan.

Actualmente estoy tocando en la Orquesta Inorgánica, que es música de libre improvisación y con la que tenemos dos discos grabados, dirigida por Jorge Torrecillas. También integro el trío de Ricky Viñas junto a Cristian Buzeki; Jazz de la Palmera, con Enrique Sarraquigne, Dai Grierson, Ezequiel Lavayen y Mariela Goenaga; y el cuarteto de Luis Tangorra, junto a Nahuel Bugarini y Cristian Buzeki.

El bajo de Mario Alba no es solo un instrumento: es raíz que sostiene, rama que explora y horizonte que se expande. Entre la disciplina del jazz y la libertad de la improvisación, su música sigue abriendo caminos, como un río subterráneo que alimenta la memoria y la esperanza de nuevas generaciones.

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