Kufa, es oriundo de la provincia de Buenos Aires, de pequeño su familia se mudó a Mar de Ajó donde comienza a interesarse por la guitarra y empieza a frecuentar la escena musical local yendo a jams y algunos shows personales. Algunos años después se traslada solo a Buenos Aires con la idea fija de vivir de la música y dedicarse solo a hacer lo que ama. Actualmente toca a diario en la línea B de subte como medio de vida embanderado con la música que más lo apasiona y lo inspira; el blues; ocasionalmente hace shows en vivo con su banda de rock Treina como guitarra líder.
Conversamos con el artista para AqM, música, arte y vida:
Lo que no se ve no siempre es todo lo que hay; la savia corre oculta, la sangre silenciosa y las raíces se desparraman soberanas por un mundo invisible pero real. El hoy que transitamos exige una visibilidad permanente y obsena en su mandato, lo que no está a la vista no es. Pero las cosas substanciales nunca necesitaron de nuestra aprobación para existir y se abren camino para los que, no solo tenemos la capacidad de ver sinó la necesidad de ver. La música sabe mucho más de subsistencia de lo que pensamos, no la ponemos de moda ni la devaluamos nosotros, ella es quien nos pone en el mapa de las emociones, de las cosas vivientes. La música está en todos lados, pero no todo es música, y en esto él es un apóstol irreductible…toca en la Línea B del subte casi todas las horas de todos los días que, allí abajo, no saben de sol.
Es imposible no verlo, sube al vagón cargado con un amplificador de guerra y una guitarra que es la parte de su corazón que no quiere quedarse dentro de su pecho. Repite mil veces el ritual que, cada una de esas veces siente como nuevo. Cierra los ojos, se ancla al suelo para poder volar mejor y deja salir filosas notas de un Blues antiguo y repintado a nuevo con la historia que lo compone. Para él no hay excusas, ni concesiones, ni éxitos validados por likes, su magia es fácil pero no simple, no usa trucos para hacer música, ni siquiera hace música: Es música, y de repente, hasta los que no tenían intención de ver lo ven, son traspasados por un fuego que alumbra por unos minutos a los fugaces habitantes de los trenes y que en él arde sin quemarlo. Como llegó se va, otra estación, la misma pasión. Quien lo vió se lleva algo de él; existen los pasajeros, pero para él…el olvido no existe.
Sin duda la palabra para definir tu música sería “apasionada”, ¿qué es lo que te hace tocar así, la falta de… o el exceso de…?
Para mi no existe otra manera de tocar, la primera vez que me subí a un escenario vencí mi timidez y afloró otra parte mía. Siempre me salió de esa manera y lo que luego me propuse desarrollar fue como expresarme. Me preguntás si ese disparador es la falta…eso de “la falta” suena psicoanalítico, pero ahora que lo pienso, tiene más que ver con eso, ya que hay algo que se completa en mí y me hace feliz y eso solo pasa cuando estoy tocando; si, seguramente en mí tenga que ver con la falta de algo.
¿Tenés una meta que alcanzar o dirías que ya estás ahí?
Tengo muchos objetivos, el principal es siempre expresarme, tocar un poco mejor que ayer. Tienen que ver con mi música, con mi banda, pero siempre disfrutando el camino, sobre todo porque en la música no hay donde llegar, no se termina nunca, siempre hay cosas que aprender, un nuevo desafío y eso hay que disfrutarlo.
Escuchándote tocar se ve que no tenés miedo de fusionar, asumo que no te preocupan las definiciones.
No me preocupa definirme de alguna manera, creo que soy rockero para tocar, pero toco lo que siento y lo que quiero, o te diría que a veces ni siquiera es lo que quiero, es lo que sale. Eso cumple con credenciales de rock y blues que, en todo caso, tengo que mostrarme a mi mismo y saber que lo que hago es sincero, igualmente tampoco creo estar haciendo una música tan loca, es rock y blues, la música que amo.
Tus influencias se pueden adivinar con bastante facilidad, pero la pregunta es: ¿Te importa influenciar a otros?, si es así, ¿En qué forma?
No sé si me importa tanto influenciar a otros, si más bien inspirar. No ha sido realmente un propósito consciente pero, de vez en cuando se me acercan personas que me escuchan tocar y me cuentan que los inspiré a volver a agarrar la guitarra y eso me parece lo más lindo del mundo. Pero la verdad es que no pienso tanto en los demás en ese aspecto, pienso en hacer lo mejor posible yo, ahora, si eso inspira a alguien, me parece hermoso.
Aparte de militar en las filas del blues sos la guitarra líder de la banda de rock “Treina”, en la que, según me contabas, ponés mucha energía y tiempo en la producción de las canciones; en tu caso, ¿Pensás que una banda necesita un guitarrista o que un guitarrista necesita una banda?
Yo te puedo decir que YO necesito una banda, pero empeño en lograr que los segundos que dure mi solo valgan la pena que en ese momento el cantante no esté cantando. Si hablamos de rock una banda necesita un excelente guitarrista, un excelente cantante y un excelente batero, si me apurás te digo que una banda de rock necesita un gran batero, todos los músicos lo necesitamos. Hay situaciones en mi banda en las que lo que verdaderamente me gusta es tocar nada, bajar el volumen de la guitarra y que quede la fuerza del bajo, la batería y la voz para después entrar con la guitarra. Yo si necesito una banda, mi sueño siempre fue ese, ser un guitarrista que aporta en una banda, que tiene su lugar ahí, que cuando llegue su momento haga un riff o un solo que valga la pena; más allá de los guitarristas que me pueden gustar, a mi lo que realmente me gustan son las canciones.
¿Sentís que tocando con la banda tenés otro vuelo que no podrías alcanzar solo o es otra forma de expansión?
Creo que nada se alcanza del todo tocando solo, para mí la música es para compartir. Igualmente son distintos vuelos; tengo un proyecto acústico en el que toco blues, tengo la banda y esto me hace crecer porque hay tres personas más con sus ideas. Yo me siento igual de realizado con el proyecto acústico que con mi banda teniendo un Marshall al taco haciéndome vibrar las piernas, son simplemente diferentes maneras de expresar.
¿Cómo ves esto de sobre tecnificar el sonido de la guitarra?
Siento que todo es válido si va en pos de un sentido artístico. Jimmy Page, Jimi Hendrix en su momento, usaron lo más nuevo de la tecnología de esa época. La tecnología hace accesibles cosas que de otra forma serían imposibles, por ejemplo, tener diez amplificadores disponibles a menos que seas una banda internacional destacada, entonces poder tener todo eso en una computadora está genial. En cuanto a pedales, en realidad no son nada nuevo ya que existen hace décadas, pero la verdad no es mi mambo, el sonido de la guitarra que me gusta es el que sale directo del equipo, buscar tonos y efectos, bajar el volumen de la guitarra… Yo me siento cómodo sabiendo que todo está en mis manos. Uso un solo pedal para los solos; me gusta tener el control de mi instrumento en las manos, no en los pies.
Según tu criterio, hoy por hoy, ¿Sirve grabar un disco?
Creo que siempre sirve grabar un disco, de hecho, con mi banda lo estoy haciendo. Lo que creo que caducó es el concepto de la venta del disco, cada uno tiene que encontrar la manera que más le convenga para “vender”, en el buen sentido, sus canciones, a menos que seas una banda consagrada es raro que alguien se siente a escuchar todo tu disco entero, pero siempre podés ir lanzando singles.
Tocar es naturalmente una interacción, pero ¿Cuál es en tu caso el punto de partida?, ¿Tocás para vos o tocás para la gente?
Yo toco para mí, tocaría aunque nadie esté escuchando. Es una necesidad, yo estoy todo el día con la guitarra, aunque no toque preciso que la guitarra esté siempre cerca. Pero, a su vez, la interacción con la gente es hermosa. Yo amo hacer lo que hago y si encima le gusta a alguien más y se generan situaciones maravillosas en el contacto directo con la gente, si a uno solo logro cambiarle la energía de su día, todo eso es un regalo para mí, todo extra, todo felicidad.
Musicalmente, ¿Sentís que Buenos Aires es un inmenso escenario o más bien un circo romano?
Para mi Buenos Aires, como cualquier otro lugar, es lo que vos querés que sea, lo que vos hagas con Buenos Aires. Yo lo veo como a un inmenso escenario lleno de oportunidades y si no llegara a haber escenario ni oportunidades, te las hacés. Yo vivía en la costa y me acuerdo que alguien me dijo: ”Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires”. No creo que para todos sea necesario irse para realizar algo, pero para mí lo fue.
¿El blues y el rock son como los dinosaurios, es decir, ya no son?
Quizá ya no estén en el mainstream pero la verdad es que hay un montón de rock y blues. Mientras alguien lo escuche y alguien los toque siempre van a seguir siendo. Como siempre, seguimos estando en las trincheras.
¿Luchás por ganarte un lugar dentro de la escena musical o preferís el caminito al costado del mundo?
El concepto de la lucha lo abandoné hace bastante tiempo, hago las cosas con mucho amor y mucha dedicación y eso va dando resultados, si eso te genera un lugar dentro de la escena musical perfecto, y si te genera tu propio lugar al costado del mundo perfecto también. No tengo problema con esos conceptos, que a cada uno le vaya a su manera, lo mejor posible.
¿Volverías a elegir entregarle tu vida a la música si tuvieses la oportunidad?
Lo elijo todos los días, para nada es una condena, si quisiera mañana podría elegir otra cosa, pero la verdad no creo que eso vaya a suceder.
¿Vos elegís tus guitarras o ellas te eligen a vos?
Yo las elijo, hay por supuesto, una parte romántica con la guitarra como entidad o incluso comparada con una mujer, esto es muy poético, pero para mí es un instrumento con el cual me expreso y en muchos casos te diría que el instrumento soy yo. Hay algo que está por encima y uno practica y practica para ser un canal lo más limpio posible para que eso que, podés llamarlo como quieras, pase a través tuyo y llegue al que lo está escuchando, a tal punto que sería ideal que no estuvieras ni vos ni la guitarra en el medio para que sea un canal lo más limpio posible para expresar eso que está ahí en el aire.
¿Hay que saber de dolor para tocar así o el sufrimiento del alma humana también tiene partitura?
Yo puedo decir que sé de dolor, pero también que toco desde el amor, desde la felicidad, desde un montón de lugares. En cualquier expresión artística uno está contando algo, pero no necesariamente tienen que ser cosas que te hayan pasado, también las podés imaginar, si lográs pasarlas a través tuyo es válido también. Yo me siento muy representado, como si hubiera nacido allí por el blues que tiene obviamente un sufrimiento en su constitución, yo lo tengo, la mayoría de los artistas que admiro tuvieron vidas complicadas y creo que eso se deja ver en la música. No es en sí necesario el dolor, pero si que puedas expresar las cosas que te pasan. Como dijo Buddy Guy: “El blues se trata de los buenos y los malos tiempos y si todavía no tuviste malos tiempos, simplemente seguí viviendo”
¿Le vendiste el alma al diablo o se la compraste vos a él?
No sé si debo contestar a eso… (risas) A mí me gusta mucho la mitología y todo lo que se refiere a venderle el alma al diablo en la música. Pero para mí esto es como la Biblia, no hay que leerla en forma literal sino entre líneas y el sentido más terrenal de eso sería decidir alejarse o renunciar a un montón de cosas, dejar todo de lado y entregar tu alma a la guitarra. Y sí, yo entregué mi vida y mi alma a la guitarra…