La cantante tandilense Ana Bayerque repasa su historia, los escenarios compartidos, las influencias que marcaron su voz y su sueño de ver una orquesta estable municipal en una ciudad donde, asegura, “hay talento, pero falta valoración real para vivir de la música”.
Ana, ¿Recordás cuándo sentiste por primera vez que la música era tu camino?
A los 40 años, después de haber criado a mis tres hijos, sentí la necesidad de subirme a un escenario. Fue en un concurso de cantores, me anoté en el rubro tango, y a partir de ese momento supe que ese género me identificaba profundamente.
¿Cómo fueron esos primeros pasos? ¿Qué te impulsó a dedicarte de lleno a cantar?
Conocí al maestro Argentino Irrutia, y con él di mis primeros pasos. Fue quien me enseñó a confiar en mi voz y me acompañó en mis primeras presentaciones.
¿Cuáles son los artistas o estilos que más te influenciaron a lo largo de tu carrera?
Vi en el Polaco Goyeneche un gran referente. Más tarde me gustaron Gardel, Julio Sosa, María Graña y Nelly Omar, por nombrar algunos. De hecho, pertenezco a la agrupación Amigos de Carlos Gardel desde hace 20 años.
A lo largo de tu recorrido compartiste escenario con muchos músicos locales y de afuera. ¿Hay alguna experiencia que recuerdes con cariño o que te haya dejado una enseñanza especial?
Acá en Tandil me acompañaron músicos como Sergio Pantuso, Argentino Irrutia, Bocha Sotes, Miguel Ferragine, Diego Cicopiedi, Norberto Matti y Omar Subelza. También tuve la oportunidad de compartir escenario con Fernando Fernández, Oscar San Martín, “Cachito” Rodríguez y Ariel Gez, guitarristas de Mar del Plata.
Los momentos más hermosos fueron la presentación de mis dos CD, el reconocimiento que me hizo la Fuerza Aérea hace poco, y, por supuesto, haber sido convocada desde hace 18 años para el ciclo Tango por los Bares.
¿Qué cosas creés que están bien encaminadas y cuáles faltan para que la ciudad pueda sostener una escena profesional donde un músico viva plenamente de su arte?
En cuanto al tango, añoro que haya una orquesta estable municipal y que exista un presupuesto real que permita pagar a los músicos y cantores locales. Sería muy valioso que el municipio y la Dirección de Cultura nos valoraran más, para no tener que seguir cantando o tocando solo por amor al arte.