Post-punk, letras filosas y una mirada lúcida sobre la escena local. Los Otros, el trío formado por Andrés Bossio, Martín Palladino y David Ferraggine, tocarán este viernes 10 de octubre a las 20hs. en el Auditorio del CCU (Yrigoyen 662- Tandil) como parte de la grilla de Suena Tandil. En esta entrevista, cuentan cómo fue grabar su primer disco y reflexionan sobre el presente musical de la ciudad.
Ustedes (Martín y David) ya vienen tocando juntos desde hace décadas. Yo los recuerdo de la época de La Pucha, ¿puede ser?
Sí, con La Pucha estuvimos desde el ’94 hasta aproximadamente 2016. Los últimos años, más que nada, girando por fuera de Tandil, hasta que volvimos a la ciudad para asentarnos y fundamos Los Otros junto con Andrés (Bossio), que venía de un periplo similar: más de 20 años girando con Los Nylons.
¿Cómo fue el proceso de grabación del álbum debut? ¿Dónde lo grabaron, cuánto les llevó, qué desafíos enfrentaron?
Si bien el primer EP lo grabamos en Tandil, para el primer disco queríamos dar un paso más allá en el sonido y nos fuimos a CABA al estudio El Santito, anteriormente propiedad de Sony Music, por donde han pasado y pasan hasta hoy todos los grosos de la escena nacional. Queríamos ver de qué éramos capaces con toda esa “ferretería” a disposición, así que nos preparamos varios meses haciendo demos en nuestra sala y ajustando todo lo que podíamos con gente que sabe.
El mayor desafío al principio fue consolidar un sonido de trío, algo en lo que ninguno tenía experiencia, y mejorar las voces, porque ninguno era cantante “desde la cuna”.
Me olvidaba: en la grabación usamos la batería y los servicios de Lulo Esain, amigo de Valle de Muñecas, Acorazado Potemkin, entre otros. También nos dio una mano con los equipos de guitarra Mauro Taranto, histórico sonidista de Iorio, que se apareció en la sala porque andaba por ahí. Ambos grosos y muy generosos.
De las canciones del disco, ¿cuál sienten que mejor los representa como banda? ¿Alguna particularmente emotiva o con una historia detrás?
Seguramente cada uno se identifica más con una canción que con otra, pero parafraseando un chiste interno, todas más o menos hablan de la muerte.
Tal vez «Fuego «es uno de los temas que más nos representa: ahí están condensadas muchas de las ideas que venimos pregonando, como la empatía con el sufrimiento del otro y la incitación a actuar, no ser meros espectadores de la tragedia cotidiana que nos rodea. Tratamos de trabajar mucho las letras; creemos que ese es un rasgo distintivo de la banda.
Cada uno de ustedes aporta un sonido muy particular al conjunto: guitarras, pedales, bajo, batería y voces. ¿Nos pueden contar cómo trabajan cada instrumento y la técnica vocal? ¿Qué equipos, pedales o trucos utilizan para lograr su sonido característico y cómo describirían su estilo dentro de la banda?
El punto de encuentro del sonido de Los Otros es el post-punk, con toda la paleta de colores que va desde lo más oscuro del dark hasta el rock más ochentoso, sin perder nuestra impronta. Lo característico quizá sea que guitarras y bajos salen muy procesados por efectos y pedalear, dándole un tono bastante personal.
La técnica se trabaja ensayando y grabando en nuestra sala todo el tiempo, volviendo una y otra vez sobre las ideas hasta quedar conformes con el control de calidad. Grabar y escuchar los ensayos es un ejercicio muy recomendable.
Tandil se volvió en los últimos años un lugar importante, con festivales, bandas emergentes, estudios, ciclos y medios dedicados a la música. Sin embargo, todavía da la sensación de que falta dar un salto hacia lo profesional. ¿Dónde creen ustedes que está ese límite? ¿Qué le falta a la ciudad —y en qué deberían mejorar los músicos— para que Tandil se consolide como un polo musical profesional?
A la ciudad tal vez le falte decisión política de apoyar más a las bandas emergentes, no siempre a las mismas cuatro o cinco. También debería dejar de perseguir a quienes intentan gestar movida cultural fuera del circuito céntrico.
Y a los músicos tal vez les falte apoyarse más entre sí: ir a ver shows, escucharse; que la relación entre bandas no sea solo instrumental o por conveniencia. Hay muy buen material humano, buenos estudios y se hacen buenas canciones, pero parece que todos están tan preocupados por cuidar su propia “quintita” que se olvidan de que, hoy en día, nadie sale adelante solo.
Por eso nosotros apoyamos a gente más joven, como Crazy Macaya o Lara Nicole Buena, y a quienes tienen más recorrido, como Juan Olano, ni que hablar de Chango Enríquez o José Ponce.