«¿Tienes problemas para recordar tus sueños?»: así titulaba un anuncio de la empresa ficticia «ÁNIMA Technologies» en los subterráneos de Londres, dónde además se podía leer «En Ánima sabemos lo que se siente. Estás profundamente sumergido en un mundo surrealista donde puedes ser quien quieras, dónde puedes hacer cualquier cosa. Y luego te despiertas y tu sueño se desvanece. Se ha ido como humo en la brisa. O es eso?» para finalmente invitar a la gente a llamar a un teléfono móvil con la promesa de ayudarlos a recordar sus sueños a través de una «Cámara del Sueño».
Parece salido de un capítulo de «Black Mirror«, pero no. Audazmente, Thom York, eligió crear este suspenso con el que presentó Ánima (su tercer álbum solista). York (vocalista y compositor de Radiohead) nunca se ha llevado bien con las computadoras y utiliza la utopía tecnológica como fuente de inspiración para sus letras, el reino del inconsciente simbólico.
ANIMA es disco y es un corto experimental exquisitamente dirigido por Paul Thomas Anderson, con coreografía de Damien Jalet, quien también trabajó en Suspiria (2018) de Luca Guadagnino. La película presenta tres canciones de Anima: «Not the News», «Traffic» y «Dawn Chorus«.
Filmada en Praga y Les Baux-de-Provence (Francia), retrata una escena cotidiana de las grandes ciudades: vagones de subtes repletos de viajeros sonámbulos, autómatas, personajes que se duermen y se despiertan repetidamente con el mismo movimiento del viaje y, la historia tal vez de un amor perdido o de un amor que no encuentra su lugar en un mundo que tiene prisa.
Si bien la música no pasa inadvertida, parece haber sido escrita especialmente para el filme y no un un filme creado a partir de un disco. Las pausas, los pulsos, las texturas crean los suspensos sublimes para agregarle los movimientos coreográficos precisos y que conjuga lenguajes artísticos: danza, cine y música, en esta obra que junto a una fotografía, planos y escenarios la convierten en un material que queremos conservar por siempre en la retina. No necesita diálogos, la historia se relata por sí misma, las interpretaciones, a cuenta del observador.
