A los lejos se escuchaba música y dije es ahí… El recital ya había comenzado y me sorprendió encontrarme en el medio de una calle que he transitado más de una vez con un espacio transformado en una feria/ritual, porque lo que sucede en esos pequeños sitios improvisados es el encuentro con la verdadera cultura de una ciudad. Los museos, los teatros, galerías y festivales varios, creen tener la potestad del arte y la cultura toda…pero el arte y más aún la cultura de un lugar está muy lejos de estos espacios «solemnes». Tranquilos, no había contraseña… se atravesaba una reja y un patio frontal y te invitaban a pasar.
En 9 de Julio al 1491 (Tandil) hay pines, calcos, ropa de diseño, libros, CD’s (sí, aún compramos CD’s los nostálgicos que no crecimos con Youtube) pintura y música en vivo… cultura underground e independiente. En esta ocasión acompañaron la tarde Julia Picart (artista visual) y Johnny Boy, un músico olavarriense, que interpreta canciones propias y también clásicos del Bluegrass, Folk y Punk Argentino. Todo él es una orquesta, no necesita amplificación alguna, porque con su voz y su banjo cubre perfectamente el espacio sonoro e invita al silencio y a la escucha, permitiéndote por momentos viajar a Nashville, Bakersfield, Denver, cunas de esas melodías y de esa voz country portada por el ejecutante…
Se celebran estos pequeños ‘happenings‘ urbanos donde café y charla de por medio se pueden conocer nuevos artistas y llevarse objetos únicos. Pido llegue el momento donde se multipliquen y la gente los descubra espontáneamente, así uno deja de creer que todo el arte que podemos consumir esta detrás de instituciones que a veces atentan contra la esencia más profunda de la creación artística y de la experiencia estética.
